STATEMENT

El ciclo vida-muerte-renacimiento; sin duda un problema muy antiguo, pero a todas luces inagotable. Tantas cosas parecen ser una metáfora de esto: el día y la noche, la secuencia de las estaciones, el mar con su rítmico nunca quedarse quieto, las piñatas, el sexo (famosamente), la revolución (cuando falla y cuando no), la selección natural, el viaje, las abducciones alienígenas, el DMT y sus derivados, La Torre, las ruinas, las pandemias, la Historia, las historias, la experiencia religiosa, el ritual religioso, y, de hecho: la religión. Aquel intento del espíritu humano de crear una solución sistemática para un problema imposible de solucionar. Y es que también la inevitabilidad de la muerte es quizás una de las cosas más difíciles y más importantes de confrontar. Sin pretender ser antirreligiosos necesariamente, Caleta también ofrece una manera de lidiar con ese problema imposible, pero es una manera distinta. La propuesta es más bien a-sistemática, pero, como ciertas religiones: también hace uso del vino (o la chela, no hay que ser excluyentes).​